Playa de la Misercordia, doce de la mañana de cualquier día del verano. El arenal, situado al este de la ciudad de Málaga, está atestado de bañistas. Apenas hay hueco para toallas y sombrillas. Entre los pocos espacios libres circulan vendedores ambulantes que ofrecen latas de refrescos y pareos. También hay personas que se agachan junto a quienes se tuestan al sol para ofrecer masajes relajantes. Es una actividad irregular que muchos pagan de buen grado, el servicio solo cuesta unos pocos euros… Pero este tipo de masajes suponen «un atentado contra la salud pública», según el vicepresidente del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía, Miguel Gil. Suena a exageración corporativista. ¿Tan peligroso es dejarse toquetear por relax en la playa?

La respuesta de Gil es clara: «Sí, mucho». La rotundidad de la réplica se explica por diversos motivos, y el principal es la falta de conocimiento. Los especialistas destacan que mientras un masaje terapéutico debe ser aplicado por un fisioterapeuta, el relajante puede darlo otro tipo de persona porque no está destinado a tratar tratando una determinada patología. Sin embargo, la inmensa mayoría de quienes ofrecen masajes en espacios públicos como playas, piscinas y hasta parques no tiene ningún tipo de formación. Tampoco hacen un diagnóstico de la salud de sus clientes, por lo que existe un gran riesgo de que la intervención provoque lesiones o afecte a zonas dañadas con anterioridad. Los expertos comparan su actividad con pilotar un avión a ciegas: hay decenas de botones y controles delante del asiento, pero sin posibilidad de verlos es fácil equivocarse al pulsarlos y tener un accidente.

«Como ir a la playa a que te quiten una muela»

«Aunque en principio no traten lesiones, estas personas nos pueden provocar daños al no disponer de conocimientos específicos», explican desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (Coficam). De hecho, uno de los grandes riesgos es la aparición de nuevas lesiones o que se agraven las existentes. «Imagina que una trombosis en una pierna te genera dolor en el gemelo. Puedes creer que un masaje relajante puede ayudarte, pero como quien los realiza en la playa no tiene conocimiento, cree que tienes una sobrecarga. Presionan en el gemelo y eso puede generar una embolia y derivar en un ictus», explica Pedro Alarcón, fisioterapeuta del Hospital Costa del Sol, en Marbella. El profesional advierte de que para cualquier persona que tenga una dolencia reconocida la situación es aún peor y debe olvidarse completamente de estos masajes. «Es jugártela, es como ir a que te quiten una muela picada en plena playa», reflexiona. «Hemos recibido incluso denuncias de personas que han tenido lesiones graves en la columna por lo que, en teoría, era un masaje relajante», añade Miguel Gil.

Además, hay tres aspectos que incrementan el riesgo para la salud y la aparición de las lesiones. El primero, la irregularidad de la arena y las hamacas, que no son adecuadas para esta actividad y que puede hacer que la presión sobre determinadas zonas genere daños musculares. El segundo, la rapidez e intensidad con la que se ejecuta el masaje -que rara vez supera los diez minutos-, que genera una alta presión sobre los músculos en poco tiempo, con lo que aumentan las posibilidades de ser lastimados. Por último, «estos masajes ambulantes tienen consecuencias aún más perjudiciales al aplicarse sobre una piel sensible por la fuerte exposición al sol, encontrándose deshidratada y más sensible a las agresiones y lesiones», añaden desde Coficam.